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Patricia Castillo

La Viuda que fue Engañada

Updated: Feb 10, 2023

Palabra Del Día: Engañar

Hacer creer lo que no es verdad


Tamar era la esposa de Er, su nombre significaba "el observador". Er era el primogénito de Judá, el hijo de Abraham. La esposa de Judá era cananea de la ciudad de Adulamita. Su padre le dio el nombre de Er, y su madre dio los nombres de sus otros dos hermanos, Onán y Sela. Eso indicaba que esta mujer, la cananea, estaba a cargo de la casa y los niños.


Génesis 38:1-5

Aconteció en aquel tiempo, que Judá se apartó de sus hermanos, y se fue a un varón adulamita que se llamaba Hira.

2 Y vio allí Judá la hija de un hombre cananeo, el cual se llamaba Súa; y la tomó, y se llegó a ella.

3 Y ella concibió, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Er.

4 Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Onán.

5 Y volvió a concebir, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Sela. Y estaba en Quezib cuando lo dio a luz.

Había llegado el momento de que Judá encontrara una esposa para Er y Tamar fue la dama elegida para convertirse en su esposa, otra cananea. Er era malo ante los ojos de Dios y por esta razón lo mató. La Biblia no nos da detalles sobre qué tipo de pecados fueron cometidos por Er, todo lo que sabemos es que fue criado por una madre cananea y Judá como el padre que nunca enseñó a sus hijos la Palabra de Dios.

Génesis 38:6-7

Después Judá tomó mujer para su primogénito Er, la cual se llamaba Tamar.

7 Y Er, el primogénito de Judá, fue malo ante los ojos de Jehová, y le quitó Jehová la vida.


Judá decide entregar a su otro hijo, Onán a Tamar como su esposo. Er no dejó heredero, por lo que según el matrimonio levirato, Onán tuvo que casarse con la viuda sin hijos para dar un hijo de Er. Onán no era diferente de Er, también era un hombre malvado y no tenía intención de cooperar con los deseos de su padre. Onán no quería criar un heredero para su hermano y derramó la semilla en el suelo. Dios no estaba contento con su acción y también lo mató.

Deuteronomio 25:5-10

Cuando hermanos habitaren juntos, y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo, la mujer del muerto no se casará fuera con hombre extraño; su cuñado se llegará a ella, y la tomará por su mujer, y hará con ella parentesco.

6 Y el primogénito que ella diere a luz sucederá en el nombre de su hermano muerto, para que el nombre de éste no sea borrado de Israel.

7 Y si el hombre no quisiere tomar a su cuñada, irá entonces su cuñada a la puerta, a los ancianos, y dirá: Mi cuñado no quiere suscitar nombre en Israel a su hermano; no quiere emparentar conmigo.

8 Entonces los ancianos de aquella ciudad lo harán venir, y hablarán con él; y si él se levantare y dijere: No quiero tomarla,

9 se acercará entonces su cuñada a él delante de los ancianos, y le quitará el calzado del pie, y le escupirá en el rostro, y hablará y dirá: Así será hecho al varón que no quiere edificar la casa de su hermano.

10 Y se le dará este nombre en Israel: La casa del descalzado.


Génesis 38:8-10

Entonces Judá dijo a Onán: Llégate a la mujer de tu hermano, y despósate con ella, y levanta descendencia a tu hermano.

Y sabiendo Onán que la descendencia no había de ser suya, sucedía que cuando se llegaba a la mujer de su hermano, vertía en tierra, por no dar descendencia a su hermano.

10 Y desagradó en ojos de Jehová lo que hacía, y a él también le quitó la vida.

Judá le echa la culpa a Tamar por la muerte de sus dos hijos en lugar de enfocarse en él por no haberles enseñado el bien. Él le dice a Tamar que permanezca en la casa de su padre y le dice que espere a que Sela crezca como hombre, y esto se convirtió en una promesa para Tamar. Durante este proceso, la esposa de Judá muere y él lamentó profundamente, y encontró consuelo en su amigo y no en Dios. Una vez más, Judá no se refugió en Dios para encontrar sanidad para su alma herida.


Génesis 38:11-12

Y Judá dijo a Tamar su nuera: Quédate viuda en casa de tu padre, hasta que crezca Sela mi hijo; porque dijo: No sea que muera él también como sus hermanos. Y se fue Tamar, y estuvo en casa de su padre.

12 Pasaron muchos días, y murió la hija de Súa, mujer de Judá. Después Judá se consoló, y subía a los trasquiladores de sus ovejas a Timnat, él y su amigo Hira el adulamita.


Tamar engaña a Judá, le contaron que su suegro estaba en Timnat para esquilar sus ovejas. Se quita la ropa de viuda, se pone un velo y se envuelve. Esto es cuando se da cuenta de que Sela ya había crecido y que no se lo habían dado como esposo. Judá no cumplió su promesa y no estaba interesado en darle su único hijo a Tamar. Aunque esta mujer era una mujer pagana, siguió siendo obediente a la ley de Dios al permanecer viuda durante muchos años.


Génesis 38:13-14

Y fue dado aviso a Tamar, diciendo: He aquí tu suegro sube a Timnat a trasquilar sus ovejas.

14 Entonces se quitó ella los vestidos de su viudez, y se cubrió con un velo, y se arrebozó, y se puso a la entrada de Enaim junto al camino de Timnat; porque veía que había crecido Sela, y ella no era dada a él por mujer.

Una vez que Judá la vio, la vio como una ramera ya que no la reconoció porque ella se había cubierto la cabeza. Judá, siendo un hombre de baja moral, le propuso llegarse a ella y ella le preguntó: "¿Qué me darás por llegarte a mí?" Exigió seguridad como forma de pago y ese pago se convirtió en su sello, su cordón y su báculo. El sello era su anillo, este artículo se usaba para impresionar a las mesas de arcilla con algo muy personal. Su cordón probablemente era de gran valor y representaba su posesión. El báculo se usaba para marcar los animales que poseía y eso significaba su posición. Los tres elementos le representaban y se los dieron a todos a cambio de pasar un buen rato. Después de este incidente, Tamar queda embarazada.


Génesis 38:15-18

Y la vio Judá, y la tuvo por ramera, porque ella había cubierto su rostro.

16 Y se apartó del camino hacia ella, y le dijo: Déjame ahora llegarme a ti: pues no sabía que era su nuera; y ella dijo: ¿Qué me darás por llegarte a mí?

17 El respondió: Yo te enviaré del ganado un cabrito de las cabras. Y ella dijo: Dame una prenda hasta que lo envíes.

18 Entonces Judá dijo: ¿Qué prenda te daré? Ella respondió: Tu sello, tu cordón, y tu báculo que tienes en tu mano. Y él se los dio, y se llegó a ella, y ella concibió de él.


Tamar vuelve a ponerse sus prendas de viuda, Judá quería que le devolvieran sus artículos porque temía obtener una mala reputación. Tamar no se encontraba en ninguna parte, ya que no había tal ramera en ese lugar. Todo este tiempo Judá nunca pensó en sí mismo como una persona malvada hacia Dios. Ya se había acostumbrado a su forma de vida, tenga en cuenta que había casado con una mujer cananea algo que se había vuelto normal para él.


Génesis 38:19-23

Luego se levantó y se fue, y se quitó el velo de sobre sí, y se vistió las ropas de su viudez.

20 Y Judá envió el cabrito de las cabras por medio de su amigo el adulamita, para que éste recibiese la prenda de la mujer; pero no la halló.

21 Y preguntó a los hombres de aquel lugar, diciendo: ¿Dónde está la ramera de Enaim junto al camino? Y ellos le dijeron: No ha estado aquí ramera alguna.

22 Entonces él se volvió a Judá, y dijo: No la he hallado; y también los hombres del lugar dijeron: Aquí no ha estado ramera.

23 Y Judá dijo: Tómeselo para sí, para que no seamos menospreciados; he aquí yo he enviado este cabrito, y tú no la hallaste.


Tres meses después, le dijeron a Judá que Tamar estaba embarazada y Judá dijo: "Sacadla, y sea quemada". Probablemente fue llevada a la plaza del pueblo ya que este era el lugar para quemar a los adúlteros. Aquí es donde ella confesó haberlo engañado y presentó el sello, el cordón y el báculo las prendas personales para demostrar que Judá era el padre de su hijo. Judá reconoce que ella era más justa que él y nunca más la conoció.


Génesis 38:24-26

Sucedió que al cabo de unos tres meses fue dado aviso a Judá, diciendo: Tamar tu nuera ha fornicado, y ciertamente está encinta a causa de las fornicaciones. Y Judá dijo: Sacadla, y sea quemada.

25 Pero ella, cuando la sacaban, envió a decir a su suegro: Del varón cuyas son estas cosas, estoy encinta. También dijo: Mira ahora de quién son estas cosas, el sello, el cordón y el báculo.

26 Entonces Judá los reconoció, y dijo: Más justa es ella que yo, por cuanto no la he dado a Sela mi hijo. Y nunca más la conoció.


Tamar estaba embarazada de gemelos, y hubo una lucha durante su parto. Cuando uno de los niños extendió la mano para nacer que era Zara, la partera tomó un hilo de grana y se lo puso alrededor de la mano para marcarlo como el primogénito, pero fue jalado por Farez, que en realidad nació primero. La partera estaba asombrada porque nunca antes había visto esta lucha durante un parto y vemos en este caso que la primogenitura no fue dada a Zara sino a Farez. El hilo de grana representaba el símbolo de la salvación y Farez cómo un niño inusual olvidado por su padre llevaría el linaje a Cristo nuestro Salvador.


Génesis 38:27-30

Y aconteció que al tiempo de dar a luz, he aquí había gemelos en su seno.

28 Sucedió cuando daba a luz, que sacó la mano el uno, y la partera tomó y ató a su mano un hilo de grana, diciendo: Este salió primero.

29 Pero volviendo él a meter la mano, he aquí salió su hermano; y ella dijo: !!Qué brecha te has abierto! Y llamó su nombre Fares.

30 Después salió su hermano, el que tenía en su mano el hilo de grana, y llamó su nombre Zara.


Conclusión: En esta historia, Dios nos enseña que es fiel y que cumplirá lo que ya nos ha prometido. Judá y Tamar encontraron gracia en sus ojos, aunque no lo merecían y eso es solo para probar que su misericordia y su amor son mayores que nuestros pensamientos.




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